13.

Ayer renací, baso esta afirmación en que al parecer ha surgido dentro de mí el rugir de un nuevo fénix llameante. Debo confesar que no es la primera vez que me siento así, pero sí es la primera en la que tengo la certeza de que sé la potencia y el estruendo que podría causar la materialización de lo que siento. No sé exactamente como reaccionaré ante tal avalancha emocional, pero sé que en mis vidas pasadas cometí errores y aprendí de ellos, por lo que ahora no doy margen al deslizamiento. Son muchas las señales que manda el destino y por lo visto ayer me envió una, de forma sutil y que casi me pasa inadvertida, fue un número, 13. Ayer nos movimos juntos, como peces por el agua, nos unían en algunos casos años de relación, en otros experiencias más profundas y en otros casos momentos unidos por el tiempo, pero éramos 13. Lo bonito de todo aquello, era que visto desde el exterior, se podía apreciar como constituíamos una sola unidad, como al son del mismo tambor y guiados siempre por el mismo par de estrellas seguíamos un mismo rumbo sin dudar nunca del que nos guiaba, visto desde dentro la cosa adquiría un significado muchísimo más trascendente. A nosotros, no nos hace falta prometernos una amistad eterna, es algo que sabemos en el fondo de nuestro ser y la conciencia de ello es más que cualquier otra unión de palabrería fría e insensata. Tengo claro también, que no todo serán alegrías y que como personas que somos el mal azotará inexorablemente nuestro camino, pero lo superaremos, pues somos 13. Además sabemos que hay que avanzar, que es necesario, y que seguramente, el hecho de soñar con que llegaremos a vernos dentro de veinte años constituye en sí una quimera, pero… ¿y qué? Si quiero soñar sueño, si quiero rio o si quiero lloro, pero sobre todo si quiero fluir, fluyo. Y así vamos moviéndonos, vamos adelantando a otros, a veces frenamos o nos estancamos pero somos 13, alguno de nosotros estará siempre cerca. Estamos unidos pero nos diversificaremos y triunfaremos y eso, eso es lo que nos hará unirnos para siempre porque sabremos que sin nosotros, nosotros mismos no seriamos lo que somos.Que días como los de ayer se repitan, Amén.

Mike.





















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